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Paseo por Punta Hidalgo, en el municipio de San Cristóbal de La Laguna, es una caminata costera tranquila y escénica. El sendero recorre la parte baja del litoral, entre acantilados volcánicos y el sonido constante del Atlántico. Desde allí se aprecian vistas amplias hacia Bajamar y el Roque de los Dos Hermanos.
En la zona de San Juanito, el entorno se vuelve más rural, con pequeños huertos, casas dispersas y vegetación autóctona. Es habitual encontrar pescadores locales o vecinos paseando al atardecer. La combinación de mar, roca y luz hace del recorrido un lugar ideal para disfrutar de la calma y la naturaleza del norte de Tenerife.
La salida desde La Laguna tiene algo de ritual: dejar atrás el aire fresco de la ciudad universitaria y poner rumbo hacia el norte, siguiendo senderos que atraviesan campos cultivados y rincones donde aún se siente la vida campesina. Poco a poco, el bullicio urbano se convierte en silencio de caminos empedrados y olor a tierra húmeda.
El sendero avanza hacia Tegueste, un valle verde y acogedor rodeado de montañas suaves. El pueblo aparece entre viñedos, casas tradicionales y barrancos que descienden en todas direcciones. Es un alto natural para recuperar fuerzas y sentir que uno ya está lejos del mundo urbano.
Desde aquí comienza el ascenso hacia la Degollada de la Mesa de Tejina. El sendero se empina, serpenteando entre matorrales y tierras abiertas al sol. La subida exige aliento, pero a cada paso la recompensa es mayor: vistas que se abren hacia el valle, la costa, y al fondo la silueta majestuosa del Teide. En la degollada, el horizonte se parte en dos: por un lado, las cumbres laguneras; por otro, el mar extendiéndose hasta el infinito. Es un lugar de transición, casi un balcón natural.
Desde allí el camino inicia el descenso. La vegetación se hace más baja, el aire más salado. El azul del Atlántico crece hasta ocupar todo el paisaje y el sonido del oleaje empieza a llegar con claridad. Los barrancos guían la bajada, las casas dispersas anuncian la cercanía del mar.
Finalmente, Bajamar se abre al caminante: piscinas naturales que brillan bajo el sol, olor a salitre y la brisa marina que refresca el esfuerzo del trayecto. La caminata termina donde el campo se rinde al océano, en un lugar donde la montaña y el mar se estrechan la mano.
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Este paseo es un recorrido circular muy atractivo en La Laguna. Partiendo desde el Campo de la Manzanilla, se sube hacia Jardina atravesando zonas rurales y con vistas al valle. Desde allí, el regreso por la Cañada es más suave y conecta con el entorno de San Roque, con tramos de camino tradicional y paisaje agrícola. Es una ruta cómoda, de interés natural y cultural, que mezcla sendero, campo y pueblo.
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Según una ruta detallada, desde la Iglesia de la Concepción (o Santo Domingo) en La Laguna comienzas, luego pasas por:
San Francisco de Paula
Los Baldíos
Llano del Moro (alrededor del km 6 aprox.)
Sigues por el “Camino del Convento” hacia Machado
Llegas a la Casa de Amaro Pargo y la Ermita del Rosario
Bajas empedrado hasta el Barranco de Siete Fuentes y Barranco Hondo
Cruzando varios pequeños barrancos (Cueva de la Campana, La Gotera, Las Gambuelas, Chajarche) llegas al caserío de Pasacola y al barrio de La Jiménez
Desciendes hacia Igueste, cruzas el Barranco de Afirama y pasas por la Cueva de Añaco
Finalmente conectas con la carretera de la Cruz Colorada y, tras atravesar la autopista, culminas en la Basílica de la Virgen de Candelaria (unos 22 km, dificultad moderada
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El recorrido por la Cañada Lagunera comenzó en la avenida Alberto de Armas, donde se accede a un camino rural rodeado de vegetación típica de matorral y algunos cultivos.
El camino asciende ligeramente, ofreciendo vistas panorámicas de la cañada y, en temporada de lluvias, se pueden observar charcas y humedales temporales. La tranquilidad del entorno se combina con el canto de aves y el murmullo del viento entre los arbustos.
Al acercarse al final del recorrido, el paisaje se abre y se llega al Camino de San Diego, donde se encuentra la Casa del Ganadero, una construcción tradicional que marca el fin del trayecto. Es un recorrido de interés ecológico y paisajístico, ideal para caminatas y observación de la naturaleza.
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